DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER.
Lcdo. Martín Zambrano Astudillo
Este 8 de Marzo es la fecha de un calendario existencial profundamente memorioso que nos exhorta a pronunciarnos fervorosamente en favor de la celebración del Día Internacional de la mujer, de la universalidad de la mujer madre, esposa, compañera, hermana, hija, etc. Celebración que no solo nos recuerda la fortalecida presencia femenina en la oscuridad de un discriminado y malentendido rol domestico, sino que, también, pone en evidencia el enorme, el positivo empeño y el esfuerzo de la mujer Latinoamericana, particularizando -sin ningún menoscabo universal- a la mujer de este continente, que lucha y gana día a día aquellos espacios -mucho más difíciles para ellas en esta latitud geográfica- que tienen que ver con el protagonismo político, intelectual y laboral. Espacios o ámbitos que siempre le fueron conculcados por la retardataria ideología del ignominioso y absurdo machismo, aún vigente.
Esta es y debe seguir siendo una celebración oportuna que aliente y relieve la trascendencia de ese papel que da absoluta cuenta de la inmensa contribución femenina cotidiana, de ese aporte cargado de un inconfundible carácter intelectual y emocional incansable para lograr encaminar al mundo hacia la ruta positiva de una sociedad diferente y justa que reivindica, de manera permanente, el derecho irrenunciable de la sociedad entera a una existencia en paz, a hacer uso del derecho a la igualdad y al entendimiento heterosexual; al derecho irrenunciable de un estilo de vida en donde no existan explotados ni explotadores, sino, en el seno de una sociedad planetaria habitada por sensibles Seres humanos que buscan coexistir pacífica y armoniosamente entre si.
Y es que la mujer ha sido y es, por su gran y excepcional capacidad sensible, la única en asumir, con excelsa dulzura y sabiduría, la máxima responsabilidad de esa inigualable capacidad, con la que ha sido dotada por naturaleza, para orientar y transmitir a las nuevas generaciones de nuestras distintas latitudes geográficas la profundidad de esa filosofía existencial que es norma de aquellos principios inalienables e imprescriptibles de la fe y el temor espiritual, del respeto y la disciplina de todos los valores y principios morales, para permitirles, en apoyo de esta titánica labor educadora, desarrollarse en espacios socio culturales de concordia, de respeto, de amor, de solidaridad, de superación constante, de trabajo permanente y de grato civismo a la patria que les vio nacer y les cobija.
Por ello consideramos justo que este 8 de marzo no sea simplemente una tradicional fecha recordatoria, sino, la continuidad vigente de una celebración monumental cuyo valor trascienda a todos los ámbitos de la humanidad presente y futura; pues, indudablemente, la figura de la mujer, ha sido y es a través de la historia pasada y contemporánea el principal sostén de ese amor filial fecundo que jamás se detiene ante los límites y que no desfallece ni se extingue ante las adversidades de los esquemas redartarios.
Cómo no sentir orgullo por la presencia de ustedes, las grandes y valiosas mujeres que han aportado al desarrollo de la patria latinoamericana (y mundial) desde su trinchera doméstica hasta lograr protagonismos mucho mas destacados en el acontecer de todos los ámbitos nacionales en los que la huella de su paso ha dejado marcada una indiscutible presencia política, social, cultural, artística y humanista. Una huella forjada y templada en el acero de ese espíritu inquebrantable en el que el altruismo, la valentía de espíritu, la solidaridad como causa, el esfuerzo como arraigo, la constancia, el patriotismo sin pausa, el civismo como principio, la sabiduría y el trabajo han sido sus principales aportes.
Podríamos citar a grandes mujeres, desde las más sencillas hasta las más destacadas, que han aportado al desarrollo humano, y nos faltaría tiempo para completar el largo listado nacional, regional, continental y universal en el que han quedado inscritas para siempre como parte de la memoria colectiva.
El voto universal, la igualdad de los géneros, el progreso científico, social, político, cultural, artístico, y muchísimos logros más que han hecho evidente la presencia manifiesta y trascendente de la figura femenina a través de los tiempos, significan, en la actualidad, la magnitud y firmeza de las grandes columnas en que se sustenta la estructura ideológica de principios e instrumentos humanistas que le ha permitido a la mujer contemporánea derribar las utopías tradicionales de los machismos inconsecuentes.
La habilidad artesanal de la mujer latinoamericana también es digna de rescatarse. Cómo no citar la belleza de los bordados manuales, la delicia y sensibilidad artesanal de los hermosos tapetes y tejidos a crochet en sus diversas presentaciones, la excepcionalidad de su genio y habilidad para crear, improvisar y utilizar las diferentes texturas o materiales que la naturaleza le provee.
Como no mencionar, también, el ejemplo valioso de las mujeres anónimas que han contribuido y contribuyen cotidianamente con su granito de arena en las grandes conquistas socio-económicas, políticas e históricas. Si, es de suma indispensabilidad valorar la filantropía y la labor de beneficencia, enfatizar el voluntariado de aquellas mujeres que bregan cotidianamente para humanizar al mundo y contribuir con su esfuerzo para que los más necesitados tengan la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida.
Mujeres del mundo, mujeres profesionistas latinoamericanas, mujeres obreras e intelectuales, mujeres domésticas y empresarias, que con su cotidiano esfuerzo inquebrantable y mancomunado forjan el desarrollo patrio, regional, continental y universal, a todas ustedes, FELIZ DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER.
