HUAQUILLAS, GRITO LITERARIO - DILE NO A PINOCHO AGUIRRE
 

HUAQUILLAS, GRITO LITERARIO
Contacto
BIENVENIDO
SARCASMO CULTURAL
VIDEO DEL AUTOR
SIMBOLOS CIVICOS DE LA PROV. DE EL ORO Y HUAQUILLAS
LA SUBLIME FEMINIDAD MADURA
ARPEGIOS A CONTRALUZ
DEL INEXTINGIBLE AMOR MATERNAL
MIS ESTADISTICAS
MARTINWEB
MIS VIDEOS
DEL DELITO Y LA CULTURA
COMO CLAVO A LA MADERA
SEGUNDO PREMIO NACIONAL
DILE NO A PINOCHO AGUIRRE
GUADALUPE IZQUIERDO CHERREZ
Historia del Ecuador
Como paño de tus lagrimas
TERNURA LUCTUOSA
LA DEMOCRACIA LATINA, UN HERMOSO PAJARO SIN ALAS
NATURALEZA SOY MISMO
ESENCIAS DE MI PLUMA
AMANTE FICTICIO

DILE NO A PINOCHO AGUIRRE PIEDRA DILE NO A PINOCHO AGUIRRE PIEDRA DILE NO A PINOCHO AGUIRRE PIEDRA DILE NO A PINOCHO AGUIRRE PIEDRA

DILE NO A "PINOCHO" AGUIRRE PIEDRA

Todos los Seres humanos del mundo contemporáneo –con la excepción de los ascetas profundos que han renunciado casi por completo a su relativa dependencia con los acontecimientos de la vida materialista- estamos encadenados a la perpetuidad de una inmutable relación social, sin importar la calidad negativa o positiva de ésta. Indefectiblemente nadie puede por si solo, en contra del bien colectivo,  romper con facilidad esos estrechos lazos comunitarios que le han permitido a la sociedad como conjunto –aún a detrimento de sus limitados aciertos-, desarrollar un acelerado avance científico, económico, cultural, intelectual, etc., y mantener a la vez, como piedra angular, el status conservador o circunstancial de ese subjetivismo espiritual y moral que fortalece –indiscutiblemente- la vigencia de los valores humanos. Lógicamente, la sociedad planetaria, sin la salvedad de este último enunciado, se hubiera visto forzada a coexistir en un difícil escenario de individualidades completamente hostiles y habría arribado, tempranamente, a su extinción total como especie humana.

 

Desde el contexto de estas perspectivas, el desarrollo de los pueblos no puede, en su conjunto y por la norma de ningún concepto positivo, medirse simplemente por la implementación de esmirriadas y bizarras opciones arquitectónicas que no alcanzan siquiera a justificar los grandes presupuestos asignados a la materialización de éstas y que, tampoco, han alcanzado a satisfacer plenamente las más relevantes necesidades de ese conglomerado social alejado de la urbe céntrica de la ciudad. Este desarrollo inconsistente y notoriamente falso, que corresponde a casi una década de administración municipal, ha sido ostentosamente publicitado por el Alcalde Manuel Aguirre como si se tratara del más grande e inusitado evento que se haya tenido conocimiento en el cantón fronterizo. Y enormemente publicitado, incluso, por un pequeño ejército de asalariados y beneficiarios que temen, con motivos fundados,  perder los privilegios que les han sido otorgados.

 

Pero acaso debemos, los habitantes de este pujante y valeroso cantón fronterizo, subordinarnos, por mediocridad o ignorancia, al fantasioso concepto de progreso que alegremente alude el referido burgomaestre en su desesperada arremetida preelectoral, cuando, a pesar de los grandes montos económicos asignados al desarrollo potencial de los sectores fronterizos, como producto del tratado de paz definitivo con el Perú; a pesar de las respetables asignaciones presupuestarias remitidas por el gobierno del Presidente Correa para la materialización de obras prioritarias en beneficio de todos los sectores sociales de la ciudad; a pesar de la gran recaudación de impuestos que la Alcaldía ha obtenido a través del cobro de las tasas prediales –entre otros impuestos-, la obra pública ha sido y es irrefutablemente limitada. Muy limitada si reconocemos, aparte de la magnitud económica recibida, la presencia frontal de aquellos actores sociales y políticos que hicieron posible que las demandas planteadas por los huaquillenses sigan un curso positivo y se obtengan esos grandes recursos económicos que, en su momento, fueron canalizados a la administración municipal para que ésta materialice plenamente los requerimientos de la población fronteriza.

 

Y cuando digo actores sociales y políticos, me refiero a la participación multitudinaria de los anónimos héroes fronterizos que han hecho trinchera permanente en las calles para reclamar y demandar la entrega de las partidas presupuestarias respectivas a la materialización de “esas obras” de las que Pinocho El Fariseo hace referencia como el esfuerzo personal de su única, encomiable e iluminada, gestión municipal.  

 

Y cuando cito el aporte de los diferentes actores sociales y políticos, me refiero, indudablemente,  a la participación del prefecto Montgomery, quien no solo ha participado en el apoyo irrestricto a los asuntos burocráticos que le ha correspondido a la gestión edil, sino que, también, ha  contribuido grandemente con la obra física del cantón (bordillos, asfaltado, aulas escolares, etc.). Contribuciones y participaciones que han sido intencionalmente relegadas al criterio público o apenas valoradas en el mentiroso discurso del famoso “desarrollo” patentado por el Alcalde Manuel Aguirre desde antes de  su vehemente y temerosa campaña electoral.

 

Pero el problema fundamental no radica en el hecho de negar u ocultar la importancia de “la obra limitada”, porque no lo hago para nada, sino, en evidenciar la actitud pomposa y exagerada que hace de ella a nombre personal, Pinocho El Fariseo. La causa de mi enorme  contrariedad y oposición tiene que ver, también, con el uso indiscriminado de esa santurrona imagen socio-religiosa con la que pretende identificarse  y de la que es su más apócrifo  cultor.

 

Debemos decirle NO MÁS a Pinocho El Fariseo porque su tan publicitada “obra” ha sido canalizada, a los sectores sociales que la han solicitado, solo cuando los dirigentes barriales han pasado por la aprobación y calificación en mérito al adulo o al culto humillante hacia la persona y dignidad municipal del encopetado burgomaestre. Así ha ocurrido con los beneficiarios de la “obra social” y con los distintos planteles educativos de carácter público y privado. El mismo proceso de ciega subordinación se intentó aplicar fallidamente a los directivos de la Casa de la Cultura Núcleo del Oro extensión  Huaquillas; lamentablemente para él, la resistencia opuesta terminó por desenmascarar la verdadera personalidad centrista y plutócrata del “iluminado” que no tuvo ningún reparo en rescindir el comodato que permitía a esta institución cultural ocupar una buena parte del pequeño edificio adjunto a la Municipalidad Cantonal (el convenio celebrado entre el municipio y la CCE también pagó la  osada irreverencia a su poder).  Ese es el mérito de su “obra cultural”. Por ello, para impedir que este diminuto plutócrata, profundamente acomplejado a la grandeza de la cultura intelectual, haga del edificio municipal una especie de palacete cortesano al que debemos allanar nuestra subordinación como si lo hiciéramos ante un petulante monarca, es hora de decirle BASTA. NO MÁS al vasallismo y al servilismo reinaugurado. 

 

Este es el argumento del “Falso Desarrollo” endilgado a un maquillaje bizarro y fuera de lugar a la realidad económica actual del benjamín fronterizo. El desarrollo no puede jamás ser enunciado en forma separada de sus más elementales e inherentes elementos constitutivos, por lo tanto, no existe como tal.

 

La cultura como proceso sistemático de identidad intelectual; el factor ocupacional como  actividad económica sostenible para la mayoría de los habitantes; la educación como artífice integral de un fundamento cognoscitivo orientado al civismo, a la virtud moral, a la solidaridad incondicional, y, sobre todo, a la fortaleza de una conciencia social positiva que rechace cualquier manifestación antagonista o anárquica; eso es desarrollo real.

 

Por ello debemos decirle NO MÁS a la antitesis del verdadero desarrollo. NO MÁS al “capricho dizque iluminado” de un fanático del poder político y económico, que no tiene reparo en cambiar de tienda partidista cuando sus intereses personales están por encima de su estéril  ideología política. Este es el mal ejemplo político y religioso que hereda a las nuevas generaciones; este es su inmenso aporte a la moral social y a la ética individual, la perversión.

 

Debemos decirle NO MAS al traidor que prefirió tomar bandera a favor de la ejecución del actual y avanzado eje vial binacional, justificando su actitud indecorosa con el error político-administrativo de su antecesor. NO MAS al que en acto notoriamente fraudulento se aprovechó del desconocimiento de los propietarios de los terrenos -por los que atravesaría el eje vial- para comprarlos a precios irrisorios (DEBIERON DEMANDARLO POR LESION ENORME).

 

Esta es la verdadera “astucia” e identidad de este individuo monumentalmente falso y arrogante que intenta perpetuarse en el poder seccional con la aprobación de una clientelista y cortesana cuadrilla de "aniñados y santurrones" que no se mide en exagerados conceptos y adulos hacia su mecenas. A este ególatra fariseo debemos decirle ¡NO MÁS!

 

 

 

“SOLO UN PUEBLO COBARDE Y CONFORMISTA PUEDE SER HUMILLADO POR LA ARROGANCIA SEUDOBURGUESA DE UN PLEBEYO ACOMPLEJADO”.

Nº de VISITANTES 10146 visitantesGRACIAS POR TU VISITA
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis